Mi capítulo de libro “VENEZUELA EN SU ANTAGONISMO: LAS IDENTIDADES FORMADAS A PARTIR DEL CONFLICTO DEL PARO CÍVICO PETROLERO DE 2002-2003” se encuentra parcialmente con acceso libre en books.google.com.mx.
Analiza las relaciones entre ideas, política, gobierno y política pública en Venezuela.
viernes, 21 de febrero de 2014
viernes, 14 de febrero de 2014
El chavismo sin Chávez de Nicolás Maduro
Fotografía: EL PAÍS
El gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela es un gobierno sustentado en la ideología del chavismo sin Chávez, un gobierno huérfano del patriarca Chávez, que hereda las formas represivas extremas de la Revolución Bolivariana. Nicolás Maduro, carente del estilo de gobernar de Chávez, deja asomar su auténtico rostro de represión contra los jóvenes y opositores venezolanos. En Venezuela existe una captura de los poderes gubernamentales por el oficialismo, el Tribunal Supremo de Justicia es una extensión del poder político del Ejecutivo, la Asamblea Nacional es un escaparate para denostar a la oposición en Venezuela, en su portal de internet en estos días leemos consignas como “oposición fascista quiere instaurar la violencia política para llegar a una guerra civil“, esto último es más grave aún cuando proviene de Blanca Eekhout, quien tiene la investidura de ser la Segunda Vicepresidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela.
El discurso de responsabilizar de todos los desequilibrios institucionales y sociales de Venezuela in aeternum al gobierno de los Estados Unidos, nos recuerda la farsa ideológica de Fidel Castro. Con Hugo Chávez se vislumbraba un frágil respeto de las precarias instituciones democráticas, pero con Nicolás Maduro, el llamado obrero Presidente, este escenario se ve poco probable. Con una inflación anualizada del 56.3% para el 2013 de acuerdo con el último informe del Banco Central de Venezuela, y los actuales movimientos de protesta de los jóvenes, el gobierno de Maduro recurrirá al desgastado discurso de la conspiración capitalista, y lo más grave aún, a los grupos de choque para contrarrestar a la oposición.
Nota: en este escenario adverso cabe un horizonte de optimismo, aquí destaco el llamado a las formas democráticas de la pianista Gabriela Montero, en su carta dirigida a Gustavo Dudamel y José Antonio Abreu: el artista Dudamel no puede ser indiferente al dar un concierto mientras en las calles de Venezuela se aplasta a los jóvenes. Siempre me han extrañado los complejos resortes psicológicos del artista Dudamel en su momento por apoyar el régimen de Hugo Chávez y ahora al chavismo sin Chávez de Nicolás Maduro.
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