jueves, 25 de julio de 2013

El estudio de Venezuela en “Nuevas instituciones de democracia participativa en América Latina: la voz y sus consecuencias” de Maxwell A. Cameron, Eric Hershberg y Kenneth E. Sharpe (eds.)

El brillante economista Albert O. Hirschman en su obra Exit, Voice and Loyalty (1970), retrata, con mirada sociológica, las decisiones que toman los individuos con respecto a las “respuestas” que ofrece el sistema social. En América Latina se vienen construyendo nuevas instituciones democráticas, que recogen las “nuevas voces” de demandas en el sentido de Hirschman. Esta idea del economista heterodoxo es la piedra de toque del notable libro titulado Nuevas instituciones de democracia participativa en América Latina: la voz y sus consecuencias , cuyos editores son los estudiosos Maxwell A. Cameron, Eric Hershberg y Kenneth E. Sharpe.

Para el lector venezolano, el libro abre caminos para la comprensión de la lógica política del chavismo, desde una perspectiva de la investigación empírica, más allá de los debates ideológicos que implica el estudio de la Revolución Bolivariana en Venezuela. Así, el lector venezolano encontrará tres trabajos que abordan la política venezolana actual, me refiero al trabajo de Gisela Zaremberg titulado "O nos quemamos, o nos congelamos": sociedad y sistema de partidos en consejos de desarrollo municipal en América Latina", investigación que aborda un análisis comparativo de los Consejos Comunales de Venezuela con otras experiencias de democracia participativa en el orbe latinoamericano; Las posibilidades y los límites de la participación politizada: Consejos Comunales, coproducción y poder popular en la Venezuela de Chávez es el estudio de Michael M. McCarthy, quien inspirado en la noción de coproducción entre Estado y sociedad de Elinor Ostrom, argumenta la compleja organización y negociación política que sucede al interior de los Consejos Comunales, así como su relación compleja y conflictiva con el Estado; otro texto valioso para la comprensión de los mecanismos de la democracia directa en Venezuela, es el trabajo que nos ofrece en este libro Alicia Lissidini titulado Democracia directa en Uruguay y en Venezuela: nuevas voces, antiguos procesos, las observaciones sobre los procesos de democracia participativa para Lissidini en Venezuela, tienen como rasgos distintivos formas clientelares y un acentuado déficit democrático.

El libro es una incursión fascinante a la vitalidad democrática que vive actualmente América Latina, alejada ya de los tiempos nublados de las dictaduras, de las que nos habló, en su momento, el poeta Octavio Paz. Leer el libro me llevó a escribir una reseña que ahora publica la revista Perfiles Latinoamericanos de la FLACSO, sede México, que ahora comparto con el público latinoamericano, en especial, aquí, con el venezolano.

Ciudad de México, a 25 de julio de 2013

viernes, 12 de julio de 2013

Guillermo Sucre, poeta venezolano

Mi itinerario con Octavio Paz del poeta venezolano Guillermo Sucre, lo leí en 1998, ahora vuelvo a releer el texto y vienen a mi memoria fragmentos, que en su momento me emocionaron y me emocionan. La prosa del poeta venezolano es el de una conversación civilizada. Insisto en la conversación civilizada, en un momento en donde el ambiente político en Venezuela se ve entrampado por el ruido de la ideología. 

Escribe Guillermo Sucre sobre su amistad con Octavio Paz:

"Estaba radiante la noche (todavía invernal) en que fue a nuestro apartamento [Octavio Paz] y nos mostró el primer ejemplar del Sor Juana -aun mal encuadernado- en la edición de Seix Barral. Al salir tarde en la noche (el frío había arreciado) nos preguntó: ¿Se acuerdan de aquel Pittsburgh tan caluroso que vivimos juntos? Ya no nos vimos más, aunque la comunicación nunca se interrumpió, entre otras cosas, nos unía Vuelta."

La belleza de la prosa de Guillermo Sucre es un milagro en nuestro continente, un espacio de conversación civilizada, un oasis en las aguas turbias de la violencia y el ruido que invaden nuestra vida pública, aquí en Mexico y allá en Venezuela.


 Aquí el texto de Guillermo Sucre.