Fotografía: Banco Central de Venezuela
La experiencia internacional de la gobernanza monetaria de los bancos centrales nos dice que cuando el banco central financia el gasto público, tiene beneficios de corto plazo al dinamizar la economía, pero en el largo plazo los costos son altos principalmente al desequilibrar la economía por el impacto de un aumento en la tasa de inflación. En un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional preparado por Luis I. Jácome, Marcela Matamoros-Indorf, Mrinalini Sharma y Simon Townsend titulado Central Bank Credit to the Government: What Can We Learn from International Practices? , nos demuestran a partir del diseño institucional de la gobernanza monetaria de una muestra de 152 países con membresía en el Fondo Monetario Internacional que en 29 países clasificados como economías avanzadas el marco legal tiene prohibido que el banco central otorgue crédito al gobierno para financiar el gasto público. Por otra parte, en una muestra de 31 países clasificados como mercados emergentes la legislación de gobernanza monetaria de 15 países prohíbe el crédito al gobierno, mientras que en 92 países en desarrollo la legislación prohíbe el acceso al crédito por parte del gobierno en 17 países.
En este escenario internacional la tendencia del diseño institucional de la gobernanza monetaria de los bancos centrales, se inclinan hacia marcos legales restrictivos que prohíben el financiamiento público por parte del instituto central. Una explicación de dicho diseño institucional restrictivo para financiar el gasto del gobierno tiene que ver con las expectativas de credibilidad que debe otorgar el banco central a los distintos agentes económicos implicados en el juego de las políticas monetarias.
A contracorriente de este escenario internacional de la gobernanza monetaria el Banco Central de Venezuela ha venido perdiendo autonomía e independencia política con respecto al poder Ejecutivo. La estrategia del gobierno de Hugo Chávez es que el objetivo del Banco Central de Venezuela no sólo sea mantener estabilidad de precios, sino también financiar la política social de las misiones. Estas prácticas del Banco Central de Venezuela es en cierta medida un regreso a las políticas monetarias del pasado en donde el gasto público se financiaba a través de los bancos centrales, pasando a segundo termino la estabilidad de precios, que como bien observa Luis I. Jácome en la década de 1990 América Latina alcanzó en promedio una inflación del 500%.
Ciudad de México, a 14 de junio de 2012
POST EN DOCUMENTO: Banco Central de Venezuela, retorno a las prácticas monetarias del pasado.